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Ante todo es importante saber que las perlas de Mallorca, son fabricadas por el hombre y presumen de haber conseguido, en el devenir de los años, una apariencia muy similar a la más bella perla cultivada de agua salada, redonda y perfecta.

La fabricación de la perla de Mallorca se puede considerar artesanal, a pesar de que con el transcurso del tiempo, la tecnología se haya incluido en las distintas etapas de su proceso de elaboración. Así la quema del núcleo de la perla, como su posterior calibrado con tamices y la disposición en los bastidores para su baño, se realizan de forma manual. Utilizándose, para este último escalón de la fabricación, una crema obtenida a base de esencias naturales que tras su secado, nos hace disfrutar de una perla de aspecto irisado, como la madreperla, e idéntico a las perlas cultivadas procedentes de las ostras perlíferas.

En fábrica, tras estrictos controles de calidad, se elabora una joya en consonancia a su garantía internacional y oficial de 10 años, además de presentarse en estuches acordes a su valía y belleza.